Vivencia y percepción de un espacio museístico
¿Para
que ir al museo? ¿Qué es lo que se está jugando en la experiencia
museística? Estas interrogaciones recurrentes interpelan al mundo
profesional como académico. De parte de los museos, aparecen en
filigrana de estas preguntas, un objetivo central: el de hacer
accesible las exposiciónes a más gente. Conduce a los responsables
de estas instituciones a desplegar medios cada vez más sofisticados
con el fin de atraer un público variado. Aun así, el éxito no
siempre es acertado. Esta interrogación encuentra un cierto éxito
en el mundo académico. Sin embargo, fuera del cuadro teórico de la
sociología critica de la “Legitimidad cultural” ( Pierre
Bourdieu, 1979) o de los, mas psicológico, de enfoque mas
“experiencial” del consumidor. Constatamos entonces la ausencia
de modelos alternativos. Pero, si esas teorías han ofrecido lecturas
estimulantes acerca del frenazo material y simbólico acerca de la
consumo cultural o de los contenidos y de la estructura de una
experiencia cultural vivida, pero eso queda muy “inexplorado”, no
hemos llegado a entrar en el análisis. Así, la teoría de a
legitimidad cultural, fundado sobre la idea de una estricta
correspondencia entre la posición de un individuo y de las practicas
que componen sus perfiles culturales (Heinich, 2007). Al contrario,
el modelo experimental considera el consumo (cultural) como un estado
subjetivo primario ligado al simbolismo, al hedonismo y a la estética
del producto. Eso hace abstracción de toda estructura social que
viene organizar el individuo al producto cultural.
Esta
claro que un museo no puede tener en cuenta cada proyecto identitario
traído por cada visitante. Conviene entonces reflexionar, a los
principales roles en los cuales están las motivaciones indentitaria
de esos visitantes, los cuales son a priori limitados, por los
recursos tangibles y intangibles propuestos por el museo. Un
visitante decidirá llevar a cabo su proyecto indentitario en un
museo cuando sabe que el museo es capaz de ofrecerle los recursos
adecuados. El trabajo del museo seria llevar a cabo un trabajo sobre
el propio museo, por una parte, parar de negar la diversidad y la
legitimidad de las diferentes motivaciones de cada visitante, ósea,
todo el mundo no va al museo solo para aprender, y por otra parte,
preguntarse que es lo que hay en el museo, cuales son sus recursos,
susceptibles de interesar y movilizar los visitantes, en busca de sus
proyectos identitarios. El museo también tendría que preocuparse
por la relación con el visitante ( que es lo que le podemos
ofrecerle): asegurarse de la acesibilidad, hablar de los recursos del
museo, que sea a l´exterior como al interior del museo.
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